Cee sufriu a transformación máis grande da súa historia
Comentarios desactivados en Cee sufriu a transformación máis grande da súa historia
Antonio Domínguez ten maioría absoluta en Cee e non quere nin oír falar de posibles pactos como os que se deron no pasado no goberno municipal. A única opción e revalidar esa maioría, e cree que o traballo feito é o mellor garante de que os cidadáns volverán a apostar en Cee polos populares.
-¿Que mudou en Cee nos últimos anos?
-Creo que durante os últimos seis anos Cee sufriu a transformación máis grande da súa historia. Hoxe Cee é un pobo cos servizos dunha gran cidade. É certo que nos últimos catro anos poderíamos ter feito máis cousas, pero nese tempo saneamos as contas do Concello. Tiñamos unha gran débeda, acabamos con ela e no último exercicio acadamos un superávit de medio millón de euros, e iso que a Xunta negounos o parque eólico.
-¿Con que se queda do feito no último mandato?
-Do que probablemente síntome máis satisfeito é de finalizar a piscina municipal. Foi unha gran obra que non só goza Cee e que é asequible para todo o mundo: non vai o que non quere.
-Outra gran obra pendente é a Casa da Cultura, que segue en obras.
-A Casa da Cultura é un proxecto sobredimensionado, pero está aí e temos que apechugar con ela e rematala. Investimos nela case 2 millóns de euros, e se non a rematamos é porque é demasiado grande.
-Aínda está pendente o Plan Xeral, nun momento en que se multiplicou o número de vivendas e subiron os prezos.
-Cee non foi alleo ao bum urbanístico, pero en Cee non se construíu para segundas vivendas. Hai moita xente de fóra que comprou pisos en Cee porque quere fixar aquí a súa residencia. O Plan Xeral eu sempre tratei de consensualo, nunca fixen uso da maioría. A dous meses das eleccións a oposición pediu que quedara sobre a mesa, e aí está, aínda que eu coido que era mellor ter seguido con el. Aínda sen plan, en Cee non se fixeron desastres urbanísticos. Había unhas normas e tratamos de cumprilas. As licenzas non as dá un alcalde de forma caprichosa.
-O último ano quedou marcado polos incendios e polas riadas.
-O último ano foi moi duro. Os incendios asolaron todo e como consecuencia diso viñeron as riadas. Por Cee pasaron moitos conselleiros e ata o presidente da Xunta, pero hoxe aínda sufrimos as secuelas. A Xunta non fixo nada e estamos reparando todo con cargo aos nosos presupostos. E queda moito por facer.
-¿Que retos lle quedan pendentes ao PP de Cee?
-O parque industrial hai que facelo xa. Leva un gran retraso, porque co cambio de Goberno na Xunta paralizouse a compra de fincas, pero hai que sacalo. Tamén faremos 60 vivendas de promoción municipal no Recheo para mozos e familias humildes. Nese edificio deixaremos un baixo de cerca de mil metros cadrados. Coa súa venda acadaremos fondos para adquirir edificios no casco vello e levar alí servizos. Os outros prometen moito, pero non din como o farán. Nós témolo ben pensado.?
Un clamor popular que se apagó
Comentarios desactivados en Un clamor popular que se apagó
En el año 2001, la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) decidió replantearse su esquema de distribución territorial. Para ello nombró una comisión encargada de dibujar el nuevo mapa de las oficinas de recaudación. En aquel primer esbozo de reforma, que no llegó a aprobarse ni a hacerse público, algunas oficinas de localidades pequeñas desaparecían del mapa. Sin embargo, en previsión, tal vez, de la que podría montarse, la Agencia decidió crear una nueva comisión que se encargase de la reestructuración del servicio partiendo de una premisa base: no desaparecería ninguna sede territorial.
Fue esa la propuesta que finalmente saldría adelante, una decisión tomada en Madrid que afectaría directamente a un buen número de dependencias en toda España. Entre ellas estaban las existentes en una pequeña localidad de la Costa da Morte. Cee -con Ortigueira, Carballiño y Celanova en toda Galicia-, se quedaba sin demarcación geográfica. Pasaba a ser una oficina de nivel 3. La alarma surgió del Sindicato Independiente de la Agencia Tributaria, que apuntó a que Cee se arriesgaba a perder un servicio. Y la bola empezó a rodar monte abajo. A finales del 2005 La Voz avanzaba lo iba a ocurrir, y en pocos días comenzaron las reacciones.
En poco tiempo, seis ayuntamientos aprobaron en sus respectivos plenos sendas mociones pidiendo que no se recortara ni un solo servicio en Cee. Fisterra, Muxía, Carnota, Zas y Corcubión se sumaban a las protestas. Neria también tomaba cartas en el asunto y pedía una reunión con el ministro de Economía que no llegaría a producirse. Desde la asociación de empresarios Ara Solis de Fisterra también hicieron movimientos. A la Moncloa llegó una carta remitida desde Fisterra por los empresarios pidiéndole al presidente que anulase la intención de practicar recortes en las dependencias de Cee. También enviarían un escrito al Defensor del Pueblo.
La comarca empezaba a movilizarse mientras desde la Agencia se insistía en que los cambios no se notarían y en que las cosas seguirían igual. Sin embargo, documentos internos de la agencia dejaban claro que Cee se quedaría para prestar «básicamente servicios de información y asistencia». No iba a haber recortes, decía, pero sí «un adecuado dimensionamiento de las oficinas», todo un eufemismo que evidenciaba el objetivo perseguido, justificándolo, además, en que los nuevos medios informáticos permitían ya hacer mucha gestiones desde casa sin necesidad de acercarse a los mostradores.
La cuestión de Cee llegó incluso al Congreso de los Diputados, en forma de pregunta formulada por el diputado nacionalista Francisco Rodríguez. Se le contestó entonces que no estaba prevista ninguna reducción de funciones en la localidad.
La respuesta no debió ser del todo cierta, porque el BOE del 3 de abril del 2006 consumaba otra cosa. Cee perdía su demarcación geográfica y determinados servicios. Desde noviembre de ese año, como constatan con evidente malestar desde algunas gestorías de Cee, determinadas gestiones hay que hacerlas en Carballo.
Menos, más
Las reducciones de servicios en Cee causaron un profundo malestar en el municipio y en su entorno. El entonces alcalde ceense, el popular Antonio Domínguez, fue uno de los que se mostró más críticos con el tema. Él mismo llegó a convocar una manifestación que logró juntar a medio millar de vecinos frente a las dependencias de la Agencia Tributaria en Cee. Las manifestaciones convocadas por políticos suelen estar marcadas por un seguimiento partidista, pero la que se produjo el 22 de abril del 2006 en Cee dejó claro que había logrado aunar fuerzas. Por allí pasaron varios alcaldes del PP, pero también ediles nacionalistas de distintos ayuntamientos. Los del PSOE también se dejaron caer para mostrar su oposición al recorte. En la manifestación estuvieron concejales socialistas de Cee y, entre otros, el alcalde de Dumbría y entonces presidente de Neria, José Manuel Pequeño.
Si las mociones aprobadas por los ayuntamientos no valieron de nada, la manifestación tampoco tuvo un gran peso en la decisión de la Agencia. El mismo que las cartas al presidente y al Defensor del Pueblo e idéntico a las preguntas parlamentarias del BNG. En noviembre de ese año, dos meses antes de lo previsto, el recorte de Cee quedó consumado.
Sin embargo, mientras en Cee se adaptaban al sabor amargo de la pérdida, en la otra punta de la Costa da Morte se frotaban las manos. Carballo ganaba peso específico, convirtiéndose las oficinas de la AEAT en punto de referencia para 20 municipios del entorno. Para su alcalde, lógicamente, se trataba de una gran noticia. Lógicamente, no hubo movilización alguna en la comarca de Bergantiños para frenar lo que se avecinaba en Cee.
Todo apuntaba a que la guerra seguiría hasta que se viese una rectificación. Sin embargo, de la noche a la mañana las quejas por la pérdida de Hacienda se quedaron en el olvido. Las oficinas siguen en su sitio y no hubo movimientos forzosos de personal. Siguen prestando servicio a todos los asalariados y a pequeñas empresas para determinadas gestiones. Para otras hay que ir a Carballo. Lo saben bien las gestorías, cuyos trabajadores gastan ahora más neumáticos.
Cuenta el actual alcalde de Cee, Ramón Vigo, que las cosas quedaron sin nuevos cambios. Cree que la demanda se apagó sin dejar huella porque la petición de permanencia no era algo que afectara a la población. Solo a algunas empresas. Lo que hubo, dice Vigo Sambade, fue una pérdida de entidad. «Agora está máis cerca da desaparición que do crecemento», cuenta el regidor. Pese a la presión de entonces, en el Ayuntamiento no constan quejas derivadas de aquella reestructuración. «Ás veces -resume el alcalde ceense, como si se tratase de una característica espiritual de la comarca- asumimos os cambios con moito estoicismo».
La falta de pediatras limita a cinco minutos por niño la consulta en Cee
Comentarios desactivados en La falta de pediatras limita a cinco minutos por niño la consulta en Cee
En la lista de consultas del servicio de pediatría del centro de salud de Cee había ayer una cita para las 11.05 horas de la mañana. La siguiente estaba para las 11.06 horas, y la situación no mejoraba a lo largo del día.
La saturación del servicio de pediatría del centro de salud de Cee es ya un mal arraigado, explicaba ayer Ermindo Martínez, secretario provincial de Sanidade de UGT y trabajador del centro ceense, desde el que piden una solución inmediata para tratar de mejorar la calidad de la atención a los pacientes y la calidad de vida de los facultativos, sometidos a una gran sobrecarga de trabajo.
Los datos que maneja el sindicato indican que cada día la única especialista en pediatría del centro de atención primaria atiende a unos 50 menores, cifra que se puede disparar hasta 90 en algunos casos. «La doctora entra a las ocho de la mañana y no se vuelve a levantar hasta después de las tres de la tarde», explica Martínez.
La situación es especialmente grave porque los niños pequeños requieren más tiempo que los adultos en una consulta: en Cee, muchas veces, no pueden estar con el médico más de tres minutos.
«A un niño de tres años, primero hay que dedicarle unos minutos para tranquilizarlo y para poder hacerle una revisión en condiciones hace falta tiempo», dice Martínez.
La carga de trabajo que padece el servicio también repercute en los tiempos de espera para recibir atención, ya que los retrasos se acumulan todos los días. Con cita previa no es anómalo esperar hora y media para ver a la especialista. «Las madres se enfadan muchas veces. Entendemos su enfado y las animamos a que presenten reclamaciones para tratar de arreglar el problema», indica el sindicalista.
Un mínimo de 10 minutos
El tiempo recomendado por paciente es muy superior a los que se emplean en Cee. Según la Asociación Española de Pediatría, los facultativos no deberían emplear menos de diez minutos con cada paciente. La misma entidad indica también que ningún médico debe tener más de 1.000 pacientes en cartera.
En Cee no se cumple ninguna de esas dos normas. Las consultas son mucho más breves y el número de usuarios del centro es mucho más elevado. En Cee reciben atención aproximadamente 1.600 menores adscritos a una sola especialista, que incluso tiene que atender las urgencias y llamadas de otros centros centros médicos de la zona.
Además, la situación no es nueva, y los problemas se acumulan desde hace cerca de dos años. De hecho, la misma facultativa, con la misma carga de trabajo, tenía que atender, hace unos meses, por las tardes en Fisterra, donde no había pediatras.
En la zona hay pediatras en Dumbría y en Fisterra, con cargas de trabajo menores. Desde UGT piden que, al menos, pongan un refuerzo en Cee para atender a los niños de entre 12 y 14 años.
Tal y como están las cosas, desde el centro de salud entienden que el servicio que se presta tiene que ser deficiente, y sólo sirve para «poner parches», pero insisten en que en Cee trabajan al límite de sus posibilidades, y que debe ser el Sergas el que tome medidas para acabar con la sobrecarga de trabajo.
En centro de salud de Cee no reclaman incentivos salariales por el exceso de trabajo. Piden, directamente, ayuda, para poder atender en condiciones a los pacientes y mejorar sus propias condiciones. «Y luego la gente se extraña de la mala letra de los médicos, es que tienen que escribir muy rápido», ironiza Martínez.
A la saturación del centro de salud de Cee hay que sumarle otra: la de las urgencias del PAC de la localidad, por la que pasan una media de 37 pacientes diarios en demanda de atención. En este contexto, las urgencias que atiende el hospital de Cee subieron también a lo largo del año pasado.
La situación no se resolverá si la Xunta no envía a la zona más profesionales: «Hacen falta ganas por parte de la gerencia para luchar por conseguir un médico más para el centro de salud», dice Martínez.
Mientras no llegue, los niños seguirán esperando una hora para una consulta de tres minutos.